Contexto Histórico

El imperio ruso, alejado del extremo oriente tras su derrota ante los japoneses (1901-1905), estaba interesado en extender sus dominios hasta el Mediterráneo. Para lograrlo, prometió su ayuda a los serbios por lo cual se ganó la enemistad de Austria-Hungría, además de la de los diferentes países que pretendían apropiarse de aquel territorio, que funcionaba como punto estratégico, comunicando el Mediterráneo y Asia Central. Era, por lo tanto, previsible que una crisis en la región pudiera provocar el estallido de una guerra. En 1914 es asesinado el archiduque austrohúngaro Francisco Fernando, dando paso así a la I.G.M., tras la cual Rusia se vio involucrada teniendo que luchar. Posterior a esta contienda, el imperio ruso decayó en una de las más grandes crisis que pudo enfrentar en la historia. En el plano económico se encontraba aún con un predominio absoluto del sector agrícola, la estructura de propiedad gravitaba en torno a grandes latifundios, los cuales se hicieron visibles en los bajos rendimientos unitarios, subutilización de la tierra, baja capitalización, bajo nivel tecnológico, mano de obra empleada en condiciones precarias y, en consecuencia, con bajo nivel de vida. La industrialización se inició tardíamente en las grandes urbes, dependiendo del capital extranjero y de la iniciativa del Estado. La acción privada fue escasa debido a la debilidad burguesa y la subordinación al capital extranjero, obligaba al pago de grandes intereses, que se financiaban mediante impuestos al campesinado. En el plano social, destaca la conciencia de clase y politización, a lo que no era ajena la asimilación de ideologías revolucionarias provenientes de Europa. La clase más abundante era el campesinado, quienes eran explotados en los latifundios mencionados anteriormente. Con respecto a lo político, se puede afirmar que su base era el Estado totalitario, propio del Antiguo Régimen, detentando el poder en una Monarquía Absoluta y teocrática. dirigida por el Zar (emperador), teniendo como pilares fundamentales la nobleza, el clero, el ejército y la burocracia. No existían las libertades políticas, era una forma de gobierno autócrata. La inestabilidad interna se expresó en rebeliones campesinas e innumerables manifestaciones. Esto, junto con los excesivos gastos en armamento, provocó la salida del impero ruso de la I.G.M. en el tratado que tuvo con Alemania, llamada Paz de Brest-Litovsk. Más adelante, abdicaría el Zar por las revueltas internas provocadas por el mal manejo de estas mismas, ya que, luego de que un sacerdote pidiera por los campesinos ante éste, la respuesta sería el “Domingo Sangriento”, donde fue asesinada a quemarropa gran cantidad de obreros. Fue así como nacieron los Soviet (comités de obreros). A partir de este suceso, Trotsky iniciaría su intervención en la política de oposición al zarismo. Tuvo a su cargo la creación del Ejército Rojo, que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios venciendo a 14 ejércitos extranjeros imperialistas que intentaron impedir la consolidación del estado obrero revolucionario y a los Ejércitos Blancos contrarrevolucionarios durante la Guerra Civil.