lunes, 11 de junio de 2007

Conclusión


A través de este largo proceso de indagación y comprensión, podemos concluir que nuestra hipótesis estaba bien fundada, puesto que Trotsky jamás buscó perjudicar la honra y espíritu revolucionario (sin olvidar lo moral) de su pueblo, si no que todo lo contrario. Incentivó constantemente a las masas en pro de una revolución permanente que lograra, a través de su fuerte convicción, la caída del imperialismo zarista y, con ello, del totalitarismo basado en el régimen absolutista ruso, que provocaba un gran retraso y, por lo tanto, crisis, en su evolución social, económica y política. Además, por ser un reconocido historiador y periodista, aprovechó su popularidad para influir, a través de sus obras, en las masas campesinas y obreras rusas.

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