lunes, 11 de junio de 2007

Discurso Político y su relevancia histórica


El discurso político de Trotsky estaba basado netamente en sus ideologías obrero-revolucionarias y en contra del zarismo. Una de las mayores victorias de Trotsky, quien fue capaz de hacer compartir a otros su convicción de que el gobierno soviético lucha realmente por el bienestar del pueblo ruso, incluso por quienes han venido de campos hostiles y por la fuerza. Demás está decir que esta gran victoria en el frente interno, esta victoria moral sobre el enemigo, no es sólo el resultado de la energía de hierro de Trotsky que le ha valido el respeto universal; no sólo es el resultado de la profunda fuerza moral, del alto grado de autoridad, aún entre los medios militares, que este escritor socialista y tribuno del pueblo, ubicado por la voluntad de la revolución a la cabeza del ejército, ha sido capaz de conquistar. Estas ideas se manifiestan claramente en algunos de los siguientes extractos, los cuales fueron pronunciados en diferentes oportunidades a lo largo de su vida, haciendo una pequeña demostración de la relevancia que tuvo en su época, luego de cada uno de estos. <> (L.D. Trotsky: "Programa de Transición" Apartado 14: "Gobierno obrero y campesino") Aquí, Trotsky juzga la mortal necesidad para el sistema burgués (ajeno a la lógica del capital demostrada por Marx) y, por otra, la realidad política, el fascismo, que parecía confirmar las consecuencias de un capitalismo supuestamente sin salida. Sobre estas bases teóricas, se aferró al siguiente eslabón de su cadena de errores, que consistió en saltarse la fase natural de desarrollo político en la conciencia del proletariado correspondiente al "programa mínimo", para tratar de que ajuste sus luchas a las consignas del "Programa de Transición", entre ellas, la de "gobierno obrero y campesino", como puente entre la dictadura del capital y la "dictadura del proletariado". <> (L.D. Trotsky: Op. Cit. "Las premisas objetivas de la revolución socialista") Ésta fue la táctica por la que los trotskistas se distinguieron a sí mismos de la táctica oportunista de los reformistas. Pero, para eso, necesitaron otro supuesto irreal: que el proletariado estaba dispuesto a pasar sin solución de continuidad, de las luchas inmediatas en una situación no revolucionaria bajo la hegemonía ideológica y política de la burguesía sobre su conciencia, a la lucha por el derrocamiento del capital, es decir a otra situación de carácter revolucionario. <> (L.D. Trotsky: "Lion Sedoff, Son, Friend, Figther" Marzo de 1938. Citado por Isaac Deutscher en: "Trotsky, el profeta desterrado" Cap. V) Era impensable que un reducido grupo de militantes revolucionarios organizados, pudieran cumplir la tarea de resolver la crisis de dirección revolucionaria del proletariado mundial en semejantes circunstancias de la lucha de clases. Menos aún esgrimiendo un programa de lucha inspirado en el espontaneísmo revolucionario de las masas, como fue el caso de "El Programa de Transición". A sólo dos años de su fundación, Trotsky analizaba las discusiones al interior de la IV, empezando por reconocer la debilidad teórica y consecuente heterogeneidad ideológica y política de sus cuadros, buena parte de ellos procedentes del campo stalinista y de la II Internacional.

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