lunes, 11 de junio de 2007

León Trotsky: Un Gran Revolucionario.


Trotsky no perdió su fe en el futuro del socialismo; por el contrario, se convenció profundamente que todas estas cualidades que la burguesía se esfuerza en cultivar en el proletariado con uniforme, para asegurarse su propia victoria, se volverían rápidamente contra ella y servirían de base, no sólo a la revolución, sino también a los ejércitos revolucionarios. Su voluntad de hierro lograron una confianza plena de sus aliados y enemigos, puesto que éste poseía una capacidad oratoria que le daba el privilegio de poder convencer hasta al más seguro de los expertos militares, quienes se oponían a la revolución soviética. Es más, logró captar la confianza de los contrincantes y convertirlos a su favor.
La forma en que Trotsky llevó la lucha contra el imperialismo alemán, representando el ideal de la Revolución Rusa forzó a muchos de los enemigos a admitir la victoria moral, espiritual y sentenciosa de este personaje, que provocó el desmoronamiento de cualquier tipo de desconfianzas en la Paz de Brest-Litovsk.
Es una de las mayores victorias de Trotsky, quien fue capaz de hacer compartir a otros su convicción de que el gobierno soviético lucha realmente por el bienestar del pueblo ruso, incluso por quienes han venido de campos hostiles y por la fuerza. Demás está decir que esta gran victoria en el frente interno, esta victoria moral sobre el enemigo, no es sólo el resultado de la energía de hierro de Trotsky que le ha valido el respeto universal. En su discurso exigía un milagro, que esa masa de seres humanos que antes huían de los campos de batalla, volvieran a tomar sus armas, en condiciones más que difíciles, para la defensa de su país. El rápido aprendizaje demostrado por él sobre los fundamentos del marxismo, su visión internacionalista y su papel dirigente en los inicios de la revolución rusa en 1905, como Presidente del soviet de Petrogrado, lo convirtieron en uno de los más importantes teóricos del siglo XX, especialmente con relación a la teoría de la revolución en la época imperialista: su teoría de la revolución permanente (contraria a la NEP) y de extensión internacional del comunismo. Es un hecho innegable que estos factores políticos y psicológicos de masas juegan un rol importante. ¿Cómo presionó al pueblo para lograr sus cometidos? La clave es su personalidad. Cuando comenzó la primera prueba militar, con Checoslovaquia, el partido, y con él su dirigente, Trotsky, demostró cómo el principio de la campaña política podía ser aplicado a la guerra, al combate con “argumentos irrefutables”.
Después de su victoria sobre Denikin, en marzo de 1920, Trotsky confesó a la conferencia del partido: “Hemos destruido toda Rusia para vencer a los Blancos”. A través de estas palabras, se manifiesta la firmeza que se necesita para obtener la victoria, y ser merecedor de ella. Les hacía falta un hombre que encarnara en si mismo la guerra y, con él, la Revolución Rusa pudo avanzar y evolucionar a un nuevo Estado de gobierno, en pro de mejorías en la nación.

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